lunes, 19 de noviembre de 2018

Venezuela: Cardenal Baltazar Porras invita a la gran "Misa de la esperanza"

Excelentísimo Cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, arzobispo de Mérida
Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Caracas

La Oficina de Prensa de la Arquidiócesis de Caracas anunció la realización de una gran "Misa de la esperanza" el próximo 1 de diciembre 2018 en la Plaza Bolívar de Chacao.
“Desde el inicio del Adviento y en preparación a la Navidad, es precioso el momento para unirnos en oración los caraqueños implorando a Dios y, a la Virgen María, por el despertar de la fe y la esperanza en los venezolanos”, señala la convocatoria.
El Cardenal Baltazar Porras, Administrador Apostólica de Caracas, señaló en un video en el que invita a la Misa que el “Adviento es preparación a la Navidad. Necesitamos alegría aun en medio de la crisis que vivimos. Compartirla todos juntos nos debe llevar acordarnos del prójimo que más necesita, del anciano, del niño a quienes tenemos que tenderle la mano”.
“¡Qué mejor que unir la oración con la acción y la preocupación por los demás!, para que así encendamos una luz y podamos superar esta oscuridad en la que estamos”, dijo el Purpurado.
La misa comenzará a las 11:00 a.m. y será presidida por el Cardenal  Baltazar Porras. Concelebrarán los obispos auxiliares, los superiores religiosos y todos los sacerdotes de la capital venezolana.
Antes de la Misa los fieles se encontrarán desde las 9:00am en la Iglesia Bello Campo desde donde saldrán en procesión a las 10:00am en dirección a la Plaza Bolívar de Chacao.
La Arquidiócesis pide a los fieles que cada parroquia lleve “una pancarta con un mensaje alusivo a la esperanza. La esperanza entendida, no como un estado de ánimo, sino como una actitud vital. Los mensajes también pueden ser en relación al tiempo de adviento y en preparación a la llegada del Salvador”.
Los fieles también podrán llevar sus coronas de Adviento para que el Cardenal las bendiga durante la Misa en el momento de las ofrendas.
Fuente: Oficina de Prensa de la Arquidiócesis de Caracas / Publicado por: O.Revette 19-11-2018

jueves, 8 de noviembre de 2018

El Papa Francisco pide evitar murmuraciones dentro de las diócesis y parroquias


En la Misa celebrada en Casa Santa Marta este jueves 8 de noviembre 2018, el Papa Francisco destacó cómo Jesús rompió con los estrechos convencionalismos religiosos de su época y se acercaba a los pecadores sin ningún miedo de las acusaciones que contra él lanzaban los fariseos.
El Pontífice comentó la lectura del Evangelio de San Lucas en la que los fariseos y escribas acusaban al Señor de “acoger a pecadores y comer con ellos”.
En este sentido, Francisco señaló que con el gesto de acercarse y conversar con los publicanos Jesús fue el primero en dar testimonio. “Era algo nuevo en aquella época, porque ir junto con los pecadores te hacía impuro, como tocar a un leproso”.
“Dar testimonio es romper con una costumbre, con un modo de ser… Por eso la Iglesia avanza al dar testimonio. Lo que atrae es el testimonio, no las palabras que, sí, ayudan, peor el testimonio es lo que hace crecer la Iglesia”.
Y de esa manera, “Jesús da testimonio. Y es algo nuevo, aunque tampoco tanto, porque la misericordia de Dios ya estaba en el Antiguo Testamento. Ellos, los doctores de la Ley, no habían comprendido nunca qué significaba ‘misericordia quiero y no sacrificios’. Lo leían, pero no entendían qué significaba aquello de la misericordia. Y Jesús, con su modo de actuar, proclama esa misericordia con el testimonio”.
Sin embargo, el testimonio de Jesús provoca la murmuración. Aquellos que seguían a Jesús no como sus discípulos, sino para ver con qué argumentos podían atacarlo, lo acusaban de comer con publicanos, en vez de aprender de su ejemplo y tratar de convertir a los pecadores.
Los fariseos, los escribas, los doctores de la ley murmuraban contra Jesús, trataban de destruir su testimonio. “Este pecado de la murmuración es cotidiano”, lamentó Francisco, “tanto a nivel personal como familiar, parroquial, diocesano, social...”.
“Ves algo que no te gusta en otro y en vez de dialogar o de tratar de resolver una situación conflictiva, murmuras escondido, siempre con voz baja, porque no tienes la valentía de hablar claro”. Esa tentación, advirtió el Pontífice, se da también “en las pequeñas sociedades, en las parroquias”.
Pero no sólo en las parroquias, “también en las diócesis. Las luchas interdiocesanas. Las luchas dentro de las diócesis. Y también en la política. Y esto es malo. Cuando un Gobierno no es honesto y trata de ensuciar a sus adversarios con la murmuración, con la difamación, con la calumnia”.
Esa actitud es “una escapatoria para no mirar la realidad, para no permitir que la gente piense”, concluyó el Papa.
Fuente: AciPrensa 08-11-2018 / Publicado por: O.Revette 08-11-2018

miércoles, 7 de noviembre de 2018

San Carlos Borromeo. Patrono contra enfermedades, úlceras y el cáncer


San Carlos Borromeo estuvo muy preocupado por las necesidades de la Iglesia y para la formación del clero convocó sínodos y erigió seminarios.

San Carlos Borromeo fue un arzobispo de Milán de 1564 a 1584 y cardenal. Fue una figura destacada en el combate contra la Reforma Protestante junto con San Ignacio de Loyola y San Felipe Neri. Fue responsable de importantes reformas en la Iglesia Católica, incluida la fundación de seminarios para la educación de los sacerdotes. Dedicó toda su vida a ayudar al pueblo de Dios a ser más como Jesús, más como el Reino del Padre. Con su testimonio, él nos dice que cada uno de nosotros puede hacer una gran diferencia en el Cuerpo de Cristo. San Carlos Borromeo es el santo patrono contra las úlceras, cáncer, trastornos intestinales, cólicos, soportar enfermedades, enfermos, ancianos, obispos, seminaristas, catequistas, catecúmenos, directores espirituales; líderes espirituales.


Fiesta: 04 de Noviembre

Martirologio Romano: Memorial de San Carlos Borromeo, obispo, quien se hizo cardenal debido a su tío, el papa Pío IV y elegido obispo de Milán, en donde fue un verdadero pastor atento y fiel a las necesidades de la Iglesia de su tiempo: convocó sínodos y estableció talleres para impartir formación al clero, visitó muchas veces a todo su rebaño para fomentar el crecimiento de la vida cristiana, y emitió varios decretos con el fin de salvar a las almas.


Biografía de San Carlos Borromeo

San Carlos Borromeo nació el 02 de octubre 1538, cerca de los Alpes en el Lago Maggiore, Italia. Él era el segundo hijo de unos padres muy ilustres y ricos que lo criaron en un ambiente muy religioso.

Cuando tenía doce años, se le dio la tonsura, que es el corte de pelo en la parte superior de la cabeza. Esto lo marcó para el sacerdocio y fue educado con ese objetivo en mente.

Carlos estudió teología y también obtuvo su licenciatura en derecho en la Universidad de Pavía, en Milán. Tres semanas después de haber recibido su título, el hermano de su madre, el Cardenal Médicis, se convirtió en el Papa y admirado por las grandes cualidades de su sobrino joven y brillante, lo mandó a llamar para que se fuese a Roma con él.

Casi de inmediato, y por el talento resaltante del Joven Carlos, quien contaba con 22 años, el Papa Pío IV, lo hizo nombrar cardenal de la Iglesia.


Obispo trabajador, humilde y generoso

Debido a sus habilidades de organización y trato con la gente, el Papa promovió a San Carlos Borromeo a la oficina del Secretario de Estado, cardenal protector de varios países y de seis órdenes religiosas, así mismo, lo nombró arzobispo de Milán.

En 1562, Carlos fue nombrado por el Papa para ayudar a organizar el próximo Concilio de Trento. Durante esta planificación, el hermano de Carlos murió, lo que le indujo a ver y estudiar el significado y el propósito de su vida.

Decidió ser santos y hacer de la Iglesia, si estaba en sus manos, un lugar más santo, también. Él realizó varios cambios:
  • Reescribió el catecismo que las personas aprendieron.
  • Comenzó reformas en la preparación de los candidatos al sacerdocio.
  • Realizó cambios ordenados en el libro de oraciones de la Iglesia.
  • Pidió al Papa decretar que, en la Iglesia, ya no se pudiesen hacer nombramientos políticos.
Muchas de estas reformas, y otros más que se le acreditan a San Carlos Borromeo, se hicieron valer a partir del Concilio de Tridentino.


Atención y cuidado de los enfermos

En 1566, el Papa envió a San Carlos Borromeo de regreso a Milán para que fuese Arzobispo a tiempo completo. Él continuó su trabajo pastoral y lleno de caridad con las personas, cuidando y protegiendo a las personas sin hogar, sobre todo cuando la plaga azotó a Milán.

San Carlos Borromeo cuidó a los enfermos como si estuviese cuidando a cristo mismo. Vendió las cortinas de su palacio, su ropa y otras posesiones para así, convertidos en dinero, comprar medicina y todo lo que les hacía falta a los pobres.

San Carlos Borromeo, el gran arzobispo de Milán, se le solía ver en las calles vestido con harapos, ropa vieja. Él enseñó el catecismo, le encontró un lugar donde quedarse a todos los enfermos y a los ancianos abandonados, estableció escuelas y echó a correr a toda su diócesis atendiendo las necesidades de la gente.

Él vivió una vida llena de oración, dormía y comía muy poco

El una vez dijo:
"Aquí, todo tipo de pobres serán alojados, tanto extranjeros como milaneses; hombres, mujeres, niños, porque la caridad no conoce distinción de naciones, y todos somos hermanos y hermanas en el Señor"


Arduo trabajo como fundador

San Carlos Borromeos reunió cinco sínodos provinciales y once diocesanos. Visitó a todas sus parroquias enérgicamente. Cuando alguno de sus obispos les decía que ya habían hecho mucho trabajo y "no tenían nada que hacer", San Carlos Borromeo les enviaba una larga lista de las obligaciones episcopales, añadiendo después de cada punto:

 "¿Cómo puede decir un obispo que no tiene nada que hacer?"

El santo fundó tres seminarios en la arquidiócesis de Milán, para otros tantos tipos de jóvenes que se preparaban al sacerdocio y exigió en todas partes que se aplicasen las disposiciones del Concilio Tridentino acerca de la formación sacerdotal, y redactó para esos institutos unos reglamentos tan sabios, que muchos obispos los copiaron para organizar según ellos sus propios seminarios.


Su muerte

Hacia el final de octubre en el año 1584, San Carlos Borromeos había estado viajando hacia algunos sectores de su diócesis. En el camino a casa cayó enfermo con fiebre pesada y tuvo que ser regresado de vuelta a Milán en una camilla. Murió a los pocos días.

Él murió joven y pobre, habiendo enriquecido enormemente a muchos con la gracia. En su lecho de muerte decía:

"Ya voy, Señor, ya voy".

Fue canonizado por el Papa Paulo V el 01 de noviembre de 1610



Fuente: Píldora de la Fe web / Publicado por: O.Revette 07-11-2018