lunes, 10 de septiembre de 2018

Misa Solemne "Virgen de Coromoto" Patrona de Venezuela

Virgen de Coromoto
Parroquia San Carlos Borromeo
Sector UD6 Caricuao
Foto: O.Revette


Misa Solemne en el día de Nuestra Patrona de Venezuela "VIRGEN DE COROMOTO"
Martes 11 de Septiembre 2018 
Hora: 5:30pm
Lugar: Parroquia San Carlos Borromeo
Sector UD6 Caricuao
Caracas Venezuela

Oración de San Juan Pablo II
a Nuestra Señora de Coromoto
Virgen y Madre nuestra de Coromoto, que siempre has preservado la fe del pueblo venezolano. En tus manos pongo sus alegrías y esperanzas, las tristezas y sufrimientos de todos tus hijos. Implora sobre los obispos y presbíteros los dones del Espíritu, para que, fieles a sus promesas sacerdotales, sean infatigables mensajeros de la Buena Nueva, especialmente entre los más pobres y necesitados. Infunde en los religiosos y religiosas el ejemplo de tu entrega total a Dios, para que en el servicio abnegado a los hermanos los acompañe en sus trabajos y necesidades. Madre de la Iglesia, alienta a los fieles laicos, comprometidos con la Nueva Evangelización, para que, con la promoción humana y la evangelización de la cultura, sean auténticos apóstoles en el Tercer Milenio. Protege a todas las familias venezolanas, para que sean verdaderas Iglesias domésticas, donde se custodie el tesoro de la fe y de la vida, donde se enseñe y se practique siempre la caridad fraterna. Ayuda a los católicos a ser sal y luz para los demás, como auténticos testigos de Cristo, presencia salvadora del Señor, fuente de paz, de alegría, de esperanza. Reina y Madre Santa de Coromoto, ilumina a quienes rigen los destinos de Venezuela, para que trabajen por el progreso de todos, salvaguardando los valores morales y sociales cristianos. Ayuda a todos y cada uno de tus hijos e hijas, para que, con Cristo Nuestro Señor y Hermano, caminen juntos hacia el Padre, en la unidad del Espíritu Santo.
Amén.

miércoles, 1 de agosto de 2018

Papa Francisco pide ser coherentes en la vida para dar testimonio y evangelizar

El Papa Francisco durante el encuentro. 
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa

La Plaza de San Pedro del Vaticano se convirtió la tarde del 31 de julio 2018 en toda una fiesta al reunir a más de 60 mil monaguillos de 18 países en un encuentro con el Papa Francisco, que ofreció una breve homilía en la que invitó a ser coherentes para que las personas que se alejaron de la fe se acerquen a la Iglesia.
“Depende de nuestra coherencia que nuestros hermanos reconozcan a Jesucristo, el único salvador y la esperanza del mundo”, subrayó.
La reunión con el Pontífice forma parte de la 12ª Peregrinación Internacional de Ministrantes de la Asociación Coetus internationalis ministrantium (CIM) que tiene lugar en Roma hasta el próximo 3 de agosto bajo el lema “Busca la paz y persíguela”.
En la celebración se rezó vísperas y el Papa respondió también algunas preguntas que le realizaron cinco monaguillos.
“Servir a la gloria de Dios en todo lo que hacemos es el criterio decisivo para nuestra actitud, la síntesis de aquello que significa vivir la amistad con Jesús”, dijo en la homilía.
El Papa añadió que “es la indicación que nos orienta cuando no estamos seguros de qué debemos hacer; nos ayuda a reconocer la voz de Dios dentro de nosotros, que nos habla en la conciencia para que podamos discernir su voluntad”.
Francisco recordó que “todos somos hijos de Dios”. “A veces alguno permanece desilusionado, y somos nosotros los que podemos volver a encender la luz, transmitir un poco de buen humor”, señaló.
“Así es más fácil estar de acuerdo y testimoniar en la vida de cada día el amor de Dios y la alegría de la fe”.
También invitó a “mirar a los santos, que son el Evangelio vivido, porque han sabido traducir el mensaje de Cristo en la propia vida”. “Hagámonos imitadores de santos; hagamos todo por la gloria de Dios y por la salvación de los hermanos”, agregó.
Fuente: AciPrensa 31.07.2018 / Publicado por: O.Revette 01-08-2018

lunes, 2 de julio de 2018

La muerte que hay que temer es la del corazón endurecido por el mal, dice el Papa Francisco



Desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa Francisco presidió el rezo del Ángelus del Domingo 01.07.2018 y afirmó que la muerte a la que hay que temer es “la del corazón endurecido por el mal”.
El Papa comentó el Evangelio que narra la curación de la hija de Jairo que resucita después de que Jesús le ordena: "‘¡Levántate!’ y la curación de una mujer que sufría hemorragias y se cura al tocar el manto de Jesús”.
Pero a su vez advirtió de “la muerte de la que hay que tener miedo: la del corazón endurecido por el mal”. “Incluso si hemos caído en lo bajo, su voz tierna y fuerte nos dice: ‘¡Álzate!’”, reconoció.
Francisco explicó que son dos relatos “con un único centro: la fe, y muestran a Jesús como fuente de vida, como Aquél que vuelve a dar la vida a quien confía plenamente en Él”.
“Los dos protagonistas, es decir, el padre de la niña y la mujer enferma, no son discípulos de Jesús y sin embargo son escuchados por su fe”.
Francisco señaló que “de este comprendemos que en el camino del Señor están admitidos todos: ninguno debe sentirse un intruso, un abusivo o uno que no tiene derechos. Para tener acceso a su corazón hay un solo requisito: sentirse necesitado de curarse y confiarse a Él”.
“Jesús va a descubrir a estas personas entre la muchedumbre y les quita el anonimato, los libera del miedo de vivir. Lo hace con una mirada y con una palabra que los pone de nuevo en camino después de tantos sufrimientos y humillaciones”.
El Obispo de Roma explicó que “estamos llamados a aprender y a imitar estas palabras que liberan y estas miradas que restituyen, a quien no tiene, las ganas de vivir”.
“Jesús es el Señor, delante a Él la muerte física es como un sueño: no hay motivo para desesperarse”, añadió.
Fuente: AciPrensa 01.07.2018 / Publicado: O.Revette 02-07-2018


jueves, 28 de junio de 2018

Catequesis del Papa Francisco sobre el agradecimiento



Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Esta audiencia del miércoles 27.06.2018 será como la del miércoles pasado. En el Aula Pablo VI hay tantos enfermos para que estén mejor, para que estuvieran más cómodos. Pero seguirán la audiencia con la pantalla gigante y también ellos con nosotros; es decir no hay dos audiencias. Hay una sola. Saludemos a los enfermos del Aula Pablo VI. Y sigamos hablando de los mandamientos que, como dijimos, más que mandamientos son las palabras de Dios a su pueblo para que camine bien: palabras amorosas de un Padre.
Las diez Palabras empiezan así: “Yo soy el Señor, tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre” (Ex 20: 2). Este comienzo sonaría extraño con las leyes verdaderas y propias que siguen. Pero no es así.
¿Por qué esta proclamación que Dios hace de sí mismo y de la liberación? Porque se llega al Monte Sinaí después de atravesar el Mar Rojo: el Dios de Israel primero salva, luego pide confianza. [1] Es decir: el Decálogo comienza con la generosidad de Dios. Dios no pide nunca sin haber dado antes. Nunca. Primero salva, después da, luego pide. Así es nuestro Padre, Dios bueno. 
Y entendemos la importancia de la primera declaración: "Yo soy el Señor tu Dios". Hay un posesivo, hay una relación, una pertenencia mutua. Dios no es un extraño: es tu Dios. [2] Esto ilumina todo el Decálogo y también revela el secreto de la acción cristiana, porque es la misma actitud de Jesús que dice: "Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros" (Jn 15, 9). Cristo es el amado del Padre y nos ama con ese amor. Él no comienza desde sí mismo, sino desde el Padre. A menudo nuestras obras fracasan porque partimos de nosotros mismos y no de la gratitud. Y quién empieza por sí mismo: ¿Dónde llega? ¡Llega a sí mismo! Es incapaz de hacer camino, vuelve a sí mismo. Es precisamente esa actitud egoísta que la gente bromeando dice: “Esa persona es yo, mí, me, conmigo”. Sale de sí mismo y vuelve a sí mismo.
La vida cristiana es, ante todo, la respuesta agradecida a un Padre generoso. Los cristianos que solo siguen "deberes" denotan que no tienen una experiencia personal de ese Dios que es "nuestro".  Yo debo hacer esto, eso y lo otro… Solamente deberes. ¡Pero te falta algo! ¿Cuál es el fundamento de este deber? El fundamento de este deber es el amor de Dios Padre, que primero da y luego manda. Anteponer la ley a la relación no ayuda al camino de la fe. ¿Cómo puede un joven desear ser cristiano, si partimos de obligaciones, compromisos, coherencias y no de la liberación? ¡Pero ser cristiano es un camino de liberación! Los mandamientos te liberan de tu egoísmo y te liberan porque el amor de Dios te lleva hacia delante. La formación cristiana no se basa en la fuerza de voluntad, sino en la aceptación de la salvación, en dejarse amar: primero el Mar Rojo, luego el Monte Sinaí. Primero la salvación: Dios salva a su pueblo en el Mar Rojo, después en el Sinaí le dice lo que tiene que hacer. Pero ese pueblo sabe que hace esas cosas porque ha sido salvado por un Padre que lo ama.
La gratitud es un rasgo característico del corazón visitado por el Espíritu Santo; para obedecer a Dios, primero debemos recordar sus beneficios. San Basilio dice: "Quien no deja que esos beneficios caigan en el olvido, está orientado hacia la buena virtud y hacia toda obra de la justicia" (Reglas breves, 56). ¿A dónde nos lleva todo esto? A ejercitar la memoria: [3] ¡Cuántas cosas bellas ha hecho Dios por cada uno de nosotros! ¡Qué generoso es nuestro Padre Celestial! Ahora me gustaría proponeros un pequeño ejercicio: que cada uno, en silencio, responda para sí. ¿Cuántas cosas hermosas ha hecho Dios por mí? Esta es la pregunta. En silencio cada uno de nosotros responda. ¿Cuántas cosas hermosas ha hecho Dios por mí? Y esta es la liberación de Dios. Dios hace tantas cosas bellas y nos libera.
Y sin embargo, alguno puede sentir que aún no ha tenido una verdadera experiencia de la liberación de Dios. Puede suceder. Podría ser que uno mire en su interno y encuentre solo sentido del deber, una espiritualidad de siervos y no de hijos. ¿Qué hacer en este caso? Lo que hizo el pueblo elegido. Dice el libro del Éxodo: "Los israelitas, gimiendo bajo la servidumbre, clamaron, y su clamor que brotaba del fondo de su esclavitud, subió a Dios. Oyó Dios sus gemidos y acordóse Dios de su alianza con Abraham, Isaac y Jacob... Y miró Dios a los hijos de Israel y conoció"(Ex 2,23-25). Dios piensa en mí.
La acción liberadora de Dios al comienzo del Decálogo – es decir, de los Mandamientos- es la respuesta a este lamento. No nos salvamos solos, pero de nosotros puede salir un grito de ayuda: “Señor, sálvame, Señor enséñame el camino, Señor, acaríciame, Señor, dame un poco de alegría”. Esto es un grito que pide ayuda. Esto depende de nosotros: pedir que nos liberen del egoísmo, del pecado, de las cadenas de la esclavitud. Este grito es importante, es oración, es conciencia de lo que todavía está oprimido y no liberado en nosotros. Hay tantas cosas que no han sido liberadas en nuestra alma, “Sálvame, ayúdame, libérame”. Esta es una hermosa oración al Señor. Dios espera ese grito porque puede y quiere romper nuestras cadenas; Dios no nos ha llamado a la vida para estar oprimido, sino para ser libres y vivir con gratitud, obedeciendo con alegría a Aquel que nos ha dado tanto, infinitamente más de lo que nosotros podremos darle. Es hermoso esto ¡Que Dios sea siempre bendito por todo lo que ha hecho, lo que hace y lo que hará en nosotros!
Fuente: AciPrensa 27.06.2018 / Publicado por: O.Revette 28.06.2018


viernes, 8 de junio de 2018

El Papa Francisco: Alguien piensa que en la Iglesia hay amos. ¡No, la Iglesia somos todos, todos!

Antoine Mekary | ALETEIA | I.Media

El Pontífice en la audiencia general del miércoles 06 de Junio 2018 tronó contra el chisme que destruye las relaciones y la obra del Espíritu.

El Papa Francisco que declaró como un mal para la Iglesia el clericalismo, aseguró hoy que en la Iglesia no hay amos, ni obreros. Además instó a los católicos a evitar el cotilleo, es decir, hablar de manera maliciosa sobre una persona o sus asuntos. Porque destruye y no deja obrar el Espíritu Santo recibido por cada creyente en el bautismo, en la confirmación y en la misa. Lo dijo en la audiencia general del miércoles, 06 de junio de 2018, en la plaza de San Pedro. 
“Alguien piensa que en la Iglesia hay amos: los obispos, el papa, los sacerdotes y, luego están los demás, los obreros. ¡No! ¡La Iglesia somos todos, todos! Y todos tenemos la responsabilidad de santificarnos los unos a los otros. De cuidar de los otros. La Iglesia no es del “individuo” sino de “nosotros”.  Cada uno tiene una labor en la Iglesia: ¡Todos!”, expresó el papa Francisco.
Continuando su reflexión sobre el sacramento de la Confirmación, el Pontífice invitó a considerar los efectos que el don del Espíritu Santo hace madurar en los confirmados, llevándolos a ser, a su vez, un regalo para los demás. 
“Debemos pensar en la Iglesia como un organismo vivo, compuesto de personas que conocemos y con quienes caminamos, y no como una realidad abstracta y distante. La Iglesia somos nosotros que caminamos juntos y hoy estamos en la Plaza (de San Pedro)…nosotros. Esta es la Iglesia: ¡Todos!”.
El Papa indicó que el sacramento de la confirmación es un nexo que todos los creyentes tienen con la Iglesia universal, pero “implica activamente” a los creyentes “en la vida de la Iglesia particular a la que pertenecen, con el Obispo a la cabeza, que es el sucesor de los Apóstoles”. 

¿Por qué el saludo de la paz? 

Esta incorporación a la Iglesia a través de la confirmación (y el bautismo) “está bien representada por el signo (saludo) de la paz que concluye el ritual de la crismación. El obispo dice, de hecho, a los que reciben el sacramento: “la paz esté contigo”. Recordando el saludo de Cristo a sus discípulos. 
Así explicó el sentido de recibir y dar la paz en la misa y en la confirmación: “Nosotros en la Iglesia recibimos el Espíritu Santo y la paz, esa paz que debemos darla a los otros. Cada uno piense en su propia comunidad parroquial, por ejemplo: Tenemos la ceremonia de la confirmación. El obispo da la paz al confirmado y luego la damos entre nosotros…Esto significa armonía, caridad entre nosotros…significa paz”. 

¡Por favor, dejemos de despellejar con la lengua a los otros!

Luego, Francisco tronó contra el ‘terrorismo de la lengua’. “¿Y luego que sucede? Salimos (de la iglesia) y comenzamos a hablar mal de los demás, despellejar a los otros y comienzan los rumores y los rumores son guerras. 
Esto no puede ser. Si nosotros recibido la señal de la paz con la fuerza del Espíritu Santo debemos ser hombres y mujeres de paz. Y no ir con la lengua por ahí a destruir la paz que hizo el Espíritu. 
¡Pobre el Espíritu Santo el trabajo que tiene con nosotros, con esta costumbre de la charlatanería! Piénselo bien el chisme no es una obra del Espíritu Santo, no es una obra de la unidad de la Iglesia, el cotilleo destruye la unidad de Dios. ¡Pero, por favor, dejemos de chismorrear!”.

La paz en gestos y palabras

Asimismo, exhortó al confirmado a no “enjaular” al Espíritu Santo, a no resistir el viento que sopla para empujarlo a caminar en libertad, a no sofocar el fuego ardiente de la caridad que lleva a consumir la vida para Dios y para los hermanos. 
“Que el Espíritu Santo nos otorgue a todos el coraje apostólico para comunicar el Evangelio, con obras y palabras, a aquellos que encontramos en nuestro camino. Pero, las palabras buenas, las que construyen. No las palabras del cotilleo que destruyen. Por favor, cuando ustedes salgan de la Iglesia piensen que la paz recibida es para darla a los demás y no para destruirla con el chisme. ¡No se olviden de esto! Gracias”, concluyó. 
Fuente: Aleteia web Ary Waldir Ramos Díaz | Jun 06, 2018
Publicado por: O.Revette 08.06.2018

viernes, 1 de junio de 2018

Papa Francisco: El diablo busca destruir la armonía entre el hombre y la mujer

El Papa en Santa Marta. Foto: Vatican Media
En la homilía que ofreció este viernes 01.06.2018 en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco señaló que el demonio continúa persiguiendo y atacando porque quiere destruir la armonía entre el hombre y la mujer, y denunció una vez más las “colonizaciones ideológicas” y otras formas de destrucción.
Francisco recordó que “detrás de toda persecución, tanto a los cristianos o a los humanos, está el diablo, es el diablo que busca destruir la confesión de Cristo en los cristianos y la imagen de Dios en el hombre y en la mujer”.
“Desde el principio ha buscado hacer esto –podemos leerlo en el Libro del Génesis–, destruir la armonía entre el hombre y la mujer que el Señor ha creado, esa armonía, que deriva del ser imagen y la semejanza de Dios”.
“Y lo ha conseguido”, manifestó. “Ha conseguido hacerlo con el engaño, la seducción, con las armas que él utiliza”, dijo. “Siempre hace así, pero hoy existe una fuerza, yo diría una furia contra el hombre y la mujer, porque si no, no se explicaría esta oleada en aumento de las destrucciones del hombre y la mujer, de lo humano”.
Así, aseguró que el mundo asiste a una “gran persecución” causada por las “colonizaciones culturales” pero también “la guerra” el “hambre” y la “esclavitud”.
Al comentar la primera lectura del día en la que se habla de la persecución a los cristianos, el Pontífice sostuvo que la persecución “es un poco el aire en el que vive el cristiano también hoy, porque también hoy hay tantos, tantos mártires, tantos perseguidos por amor a Cristo”.
“En muchos países los cristianos no tienen derechos. Si tu llevas una cruz, vas a la cárcel y hay gente en la cárcel por eso; hay gente condenada a morir por ser cristiano, hoy. Hay mucha gente asesinada, y cada vez más, más que los mártires de los primeros tiempos. ¡Muchos más! Pero esto no es noticia. Y por eso los noticieros, los periódicos no publican estas cosas, pero los cristianos son perseguidos”.
El Obispo de Roma también piensa en el “hambre” como una “injusticia” que “destruye al hombre y a la mujer porque no tienen qué comer”. También la “esclavitud” que actúa “a escondidas” y que llega a “torturas” y formas de “destrucción”.
Sobre las “colonizaciones culturales” dijo que “cuando los imperios hacen aceptar disposiciones de su cultura contra la independencia, contra la cultura de la gente, imponen cosas que no son humanas para destruir”, y llevan a la “muerte”.
A este punto subrayó que el demonio quiere “la destrucción de la dignidad” y por eso “persigue”.
“Podemos pensar en las guerras como un instrumento de destrucción de la gente, de la imagen de Dios. Pero, también, en las personas que hacen las guerras, que planifican las guerras para tener poder sobre los otros”.
“Hay gente que lleva adelante muchas industrias de armas para destruir a la humanidad, para destruir la imagen del hombre y de la mujer, sea físicamente, sea moral o culturalmente”, denunció.
“Los imperios continúan hoy día las persecuciones. No debemos permitirnos ser ingenuos. Hoy el mundo, no solo los cristianos perseguidos", sino "los humanos, el hombre y la mujer, porque el padre de toda persecución no tolera que estemos hechos a imagen y semejanza de Dios, y ataca y destruye esta imagen. No es fácil entender eso, se requiere mucha oración para entenderlo”.

Fuente: AciPrensa 01.06.2018
Publicado por: O.Revette 01.06.2018