El Cardenal Baltazar Porras exhortó
durante la "Misa de la Esperanza" a los venezolanos “a no dejarse
robar la honradez, enalteciendo toda forma de corrupción y de impunidad”
“No nos dejemos robar ni la alegría, ni la
paz, ni la esperanza, ni la iniciativa de vivir mejor. Tenemos derecho a la
belleza, y ya que nos la niegan tenemos que construirla nosotros mismos”, decía
el cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, citando al Papa Francisco, durante
la “Misa de la Esperanza” que presidió este primero de diciembre en Caracas,
acompañado con más de tres mil feligreses que llenaron la plaza Bolívar del
municipio Chacao, deseosos de escuchar su mensaje en el inicio de la época
navideña.
La misa contó con la presencia del nuncio
apostólico de Su Santidad en Venezuela, monseñor Aldo Giordano y más de
150 sacerdotes, religiosos y religiosas de Caracas. Destacaron los
sacerdotes jesuitas José Virtuoso, actual rector de la Universidad Católica
Andrés Bello, y Luís Ugalde, ex rector de la misma casa de estudios. Ambos
están comprometidos con el Frente Amplio Venezuela Libre que busca acuerdos
para hacer respetar la Constitución y avanzar hacia un proceso de transición en
Venezuela.
Porras tuvo un excelente detalle con los
integrantes de las llamadas “Iglesias históricas” que
igualmente le acompañaron. “Muchas gracias por acompañarnos.
Bienvenidos a esta eucaristía que abre el hermoso tiempo del Adviento”,
decía desde el altar que, a modo de un moderno “salón de prensa”, multiplicaba
en cientos el logo de la Arquidiócesis de Caracas y el motivo de la
convocatoria: “Misa de la Esperanza”.
Una caminata precedió la ceremonia,
arrancando desde la iglesia el Buen Pastor, a escasas tres cuadras de donde se
celebró la misa a cielo abierto. La alegría caracterizó a los asistentes
quienes durante el trayecto cantaban villancicos, y enarbolaban banderas y
pancartas alusivas al tema de la esperanza y a la llegada de la navidad.
Margarita Tineo, una vecina de Caricuao,
hacia el sur oeste de Caracas, habló con Aleteia mientras se
desplazaba hacia la misa. “Yo me siento feliz de estar aquí. Pienso que a
pesar de lo que estamos sufriendo no nos podemos dejar quitar nuestra navidad”,
dijo. “Quiero motivar a mis hijos y familiares, y enviarles un mensaje de paz y
tranquilidad porque algunos tuvieron que irse del país”.
Otros también buscaron en las palabras del
pastor caraqueño “un poco de alivio y aliento”. Ese fue el caso de la
señora Rosalba Pineda, habitante de Petare, la barriada más grande de América
Latina, ubicada hacia el este de la metrópolis.
No nos dejemos robar la honradez
Para todas estas personas Porras fue
directo y certero: “En este tiempo la Palabra de Dios toca con su luz nuestra
conciencia, nos sacude ante cualquier quiebre o resignación y nos coloca en el
horizonte de la ‘esperanza’ al anunciarnos que en medio de la catástrofe
irrumpe su salvación haciendo reinar la justicia y el derecho”, decía.
Porras recordó los problemas que se están
viviendo en Venezuela como la inseguridad ciudadana, la escasez de alimento y
medicamentos. “Son muchos los servicios públicos que no funcionan y nos
ponen los pelos de punta porque falta la luz, el agua, el gas, el transporte”,
decía. Sin embargo, “nada de eso tiene la última palabra”, acotaba, arrancando
los aplausos de la feligresía que confirmaba lo que deseaba escuchar.
“Lo decisivo para cada uno de nosotros
es el tiempo que nos toca vivir, a comprometernos a hacer posible, digna y
feliz la vida de todos”, replicaba en su mensaje el administrador
apostólico de Caracas y actual arzobispo de Mérida.
El cardenal Porras habló acerca del
derecho que tienen los ciudadanos a la verdad. Motivó a “no dejarse manipular por las medias verdades
ni por los ofrecimientos vanos que son pan para hoy y hambre para mañana”. “No
nos dejemos robar la honradez, enalteciendo toda forma de corrupción y de
impunidad”.
Arrancó nuevos plausos, y esta vez con más
fuerzas, cuando expresó: “El ejemplo de lo que somos capaces de hacer con
nuestros propios medios es la mejor bofetada a quienes tienen la obligación de
dárnoslo y nos lo niegan”. “Ese es el empoderamiento que necesitamos para ser
auténticos ciudadanos y mejores cristianos”.
¿Cómo recuperar la esperanza en Navidad?
Para propiciar la recuperación de la
esperanza propuso vivir el tiempo de Adviento “como preparación a la
Navidad, retomando las bellas tradiciones venezolanas” de este tiempo.
Para ello mencionó, en primer lugar, la importancia del “pesebre en cada hogar,
hecho con cariño e ilusión”. Pidió no dejar “perder esta bella
tradición”.
Indicó que la Iglesia también está
propiciando una costumbre venida de otras latitudes, más sencilla de hacer y
rodeada de un gran simbolismo. “La corona de Adviento, hecha con material de
reciclaje”. Cabe decir que durante la “Misa de la esperanza”, la máxima autoridad
de iglesia en Venezuela, bendijo las coronas llevadas por la feligresía.
Habló de las misas de aguinaldos,
asegurando que “este año con las iniciativas de la Vicaría de Pastoral, quieren
ser más participadas, familiares, comunitarias, sazonadas con esos cantos tan
tiernos y cercanos como son nuestros aguinaldos y parrandas”, para que “nos
llenen de sentido fraterno, de alegría contagiosa y de compartir sereno”.
Hacia el final de su mensaje dijo que “dar
testimonio de la presencia del resucitado, hoy en Venezuela, significa
participar activamente en la construcción de una sociedad más humana, más justa
y más fraterna”. “Significa también no dejarnos llevar por un lenguaje que
ofende. Significa sustituir el engaño por la verdad”.
Publicado por 03.12.2018: O.Revette
Pastoral de Comunicación y Medios SanCarlosBorromeo
Caricuao Caracas Venezuela
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