lunes, 1 de junio de 2015

Mi matrimonio se rompió ¿por culpa de Facebook? ¿Cómo actuar antes de llegar a un punto de no retorno?



Si has llegado a esta pregunta, imagino que estás buscando una solución a un problema que perturba a los matrimonios desde la época de Orkut: los celos desencadenados por las relaciones en las redes sociales. El famoso Facebook es la estrella del momento. Vamos a dejar el whatsapp para después.
 
Es habitual oír frases del tipo: “Facebook acabó con mi relación”, o “Lo que el amor construyó, Facebook lo destruyó”.
 
No se pueden contar la cantidad de desengaños amorosos relacionados con la red social. Pero con celos o no, la mayoría no renuncia a su perfil. Pensando en esto, daría algunas estrategias básicas que pueden evitar mucha confusión.
 
1) Llega a acuerdos
 
Todas las relaciones humanas son regidas por acuerdos, aunque no sean explícitos. Por ejemplo: Cuando una pareja decide la fecha, se sobreentiende que no va a buscarse otra pareja.
 
Además, cuando se trata de redes sociales, la cuestión se complica un poco. Mientras que para uno es absolutamente normal aceptar personas desconocidas, ex-novios (as), y compartir cualquier tipo de fotos, para esto puede ser considerado como una gran falta de respeto. ¡Y llega la confusión!
 
La mejor manera de lidiar con esta situación siempre es un buen diálogo. Es importante que te intereses por saber los motivos que llevaron al otro a pensar y actuar de determinada manera. Ponerse en el lugar del ser amado por algunos instantes puede marcar la diferencia.
 
2) Intenta no generalizar
 
Si estás celoso/a de determinada persona de la lista de amigos de tu cónyuge, explica tus motivos para que el otro pueda entender y saber cómo actuar.
 
En lugar de decir: “Exijo que quites a fulano (a) de tu Facebook”, di: “La presencia de esa persona en tu lista de amigos me causa un gran malestar. ¿Podemos hablar sobre ello?”.
 
A partir de un diálogo tranquilo y respetuoso, podréis llegar a un acuerdo. Quizás percibas que la persona en cuestión no representa amenaza real alguna para tu relación, y a partir de ahí consigas vivir en paz. O tal vez tu cónyuge perciba que tus argumentos son válidos y tienen fundamento, y simplemente rompa la amistad con esa persona. Independientemente del resultado, habréis establecido un diálogo adulto, es decir, el primer paso para una relación saludable.
 
3) Espere a que pase el enfado
 
Cuando sentimos celos, tendemos a enfadarnos con nuestro cónyuge, y es en este momento cuando se produce un ciclo de falta de respeto. El ofendido y dolido quiere también ofender y hacer daño, lógicamente el otro reacciona contra las ofensas, y entonces el problema toma proporciones gigantescas.
 
Una buena estrategia es no hablar mientras estas nervioso/a, espera un poco, si es posible incluso a otro día, y créeme, la mayoría de las veces te darás cuenta de que la cosa no era tan grave.
 Fuente: 
Cuando tu cónyuge se comporta de manera que consideras reprobable en las redes sociales, de ninguna manera intentes provocarlo haciendo lo mismo, o creando situaciones para darle celos, pues con esto estás cerrando puertas a la solución del problema. Lo que quieres es vivir paz junto a la persona que amas, ¿no? Por tanto, no entres en un ciclo de provocaciones.
 
4) Habla cara a cara
 
Jamás discutas sobre tu relación a través de mensajes. Además de los malentendidos, la falta de una mirada comprensiva, de un gesto que diga: estoy aquí por ti, o incluso de un abrazo reconciliador, marcan una enorme diferencia. Además, es muy probable que después de la conversación virtual, cuando os encontréis en persona, queráis aclarar algo que no quedó claro en los mensajes, lo que empeorará las cosas.
 
5) Date cuenta de cuándo los celos sobrepasan los límites
 
Los celos son algo inherente a los seres humanos, y estarán siempre presente en las relaciones. Cuando están fundamentados por motivos lógicos son sólo un aspecto de la fascinante relación del hombre con sus iguales. Si se llevan con respeto y buen humor, puede incluso ser beneficioso en el fortalecimiento de las relaciones.
 
Pero cuando causa sufrimiento profundo y prejuicios en otros aspectos de la vida diaria, como por ejemplo: trabajo y estudios, es hora de reflexionar y buscar ayuda.
 
Las relaciones mediadas por internet son una realidad con la cual tenemos que lidiar, directa o indirectamente. La mejor manera de sacar provecho de ese tipo de relación es conocer nuestros miedos y flaquezas para poder enfrentarlos, y respetar no sólo los límites del otro, sino sobre todo los nuestros.

Fuente: Psiconlinews
Publicado  por: Daniel Da Costa

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